lunes, 17 de agosto de 2009

De la vida real

Aquí les presentamos en este poema una dolorosa historia

cotidiana, con la esperanza de que algún día se pueda revertir esta situación y que ésta sea tan sólo una poesía.


Hermana Madre (Norma Lueiro)


Allí va la hermana madre

con su hermana la más chica,

la lleva sobre los hombros

cual si fuese una mochila.


La chiquita ojos café,

desnudita la patita,

llena de mugre la cara

pero con una sonrisa.


Hermanita que los crías,

que cargas con la más chica

sin darte cuenta pequeña

que más que hermana es tu hija.


Porque viene el otro hermano

y la pieza queda chica,

porque no tienes juguetes,

tan sólo esa muñequita

que cargas todos los días

sin cansancio, sin fatigas,

sin pensar que no es tu culpa

que no la cuide mamita.


Le das tu amor, tu enseñanza,

tu inocente picardía

y la llevas a cacundas

porque casi no camina.


Y cuantas hermanas madres

con la esperanza perdida,

sin derecho a la niñez,

con su infancia prohibida

cargan deberes ajenos

noche a noche, día a día

y mañana serán madres

sin querer, así es su vida.


Nota:

La poesía y la ilustración pertenecen a la autora.




sábado, 15 de agosto de 2009

De nuestro trabajo

Hola queridos amigos, hace tiempo que no publicamos nada, por eso queremos
que conozcan otro de mis poemas que se titula precisamente: NADA, espero que
les guste, un saludo de

Norma.


Nada (Norma Lueiro)

Mis ojos miran el cielo
y sólo encuentran vacío,
mis manos lo ansían todo
y chocan contra la nada,
mis labios sienten el frío
de mi alma abandonada.

Y así se me van los días
y así las horas se escapan,
se escapa mi juventud
en mis palabras calladas,
mi pobre ilusión se quiebra
en pedacitos de nada.

Mis lágrimas son de hielo
sin el calor de tus besos,
mi tristeza un fiel reflejo
del desierto de mi vida,
dentro mío un corazón
que no late, sólo anida.

Así llevo mi cortejo
de tanta desilusión,
así escribo esta canción
que no quiere decir nada,
tan sólo llorar el duelo
por la muerte de mi alma.

Hace tiempo era el amor,
las lágrimas en la almohada,
que triste que era sufrir
pero como me gustaba,
cuando lloraba por ti
aún tenía luz en el alma.